Coescrito con Tatiana Rodriguez, Mataharis es el cuarto largometraje de Icíar Bollaín como directora. En él Nawja Nimri, María Vázquez y Nuria González dan vida a tres mujeres detectives de distintas generaciones que afrontan, de forma paralela a su trabajo, problemas como el desgaste que conlleva la vida de pareja, la incomunicación conyugal, la falta de confianza o la ética laboral.
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Le deseamos a Iciar toda la suerte del mundo y esperamos que "Mataharis" encuentre su publico!
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1 comentario:
Hay películas que te dejan indiferente, otras que te ponen de mala hostia y otras, las menos, que te dejan sin palabras. No ha sido el caso de esta.
Es más, es la primera vez que escribo a un medio para opinar de algo. Pero es una sensación de esas que sientes cuando lees una noticia en prensa sobre algo en lo que has estado implicado y te revuelves al comprobar que el que lo escribe desconoce absolutamente el fondo de la cuestión y sentencia alegremente con la más insolente de la impunidades.
Yo soy sindicalista. Comprometido en la defensa de los intereses de los trabajadores. Y lo hago militando en unas siglas (UGT, aunque no venga al caso). Sin cobrar nada del sindicato, sino de la empresa en la que trabajo y en la que desempeño mi tarea sindical, que nos ha llevado a firmar no pocos acuerdos con la empresa, además de un convenio colectivo de sector. Pero también a enfrentamientos, huelga, hostigamiento mutuo, demandas varias, juicios y sentencias favorables a ambas partes. Vaya esto por delante para que se sepa que mi opinión no es neutral y que sí tengo intereses en lo que manifiesto.
Pues bien, afirmo, sin miedo a equivocarme, que Iciar Bollaín es superficial en el tratamiento del tema del conflicto laboral y de la visión antisindical que se da en la cinta. Además de que falta a la verdad con afirmaciones inexactas y torticeras.
En primer lugar, los sindicatos no pactamos con la empresa los miembros del comité de empresa, puesto que se eligen en elecciones sindicales en las que votan todos los trabajadores y a las que se pueden presentar siglas de Sindicatos serios, pero también independientes y/o asociaciones de trabajadores ajenos a las siglas sindicales y/o testaferros de la empresa, serviles, cuya misión es torpedear la acción de los sindicatos de clase.
Pues bien, en esta película se muestra a uno de esos “testaferros”, puestos por la empresa (aunque en este caso les sale rana). Pero resulta que se le pone como el bueno, aunque se deja claro que “no es sindicalista” y “ni siquiera está afiliado a ningún sindicato”... Sin embargo luego aparece el asesoramiento jurídico de un abogado sindical, pero no se explica quién le aporta y quién le paga... Eso parece que sale del supuesto dinero que reciben los sindicatos del estado por los delegados que consiguen en los comités de empresa, ¿no?.
En fin. Lamentable.
En otra parte de la cinta sucede una cosa aún peor. Una de las protagonistas reprocha a otra detective que deje el caso y que tome partido. Argumenta que los detectives contratados por las empresas para vigilar a sus trabajadores (con cámaras ocultas en su puesto de trabajo, cosa que en este país, por suerte, es ilegal) no hacen otra cosa que vigilar sus intereses... En fin, que todo vale cuando se trata de la empresa.
Ciertamente, una película deplorable. Entra y sale de las historias de una forma superficial y sesgada. Y mete el objetivo sobre los personajes en un movimiento de cámara constante que, a lo mejor pretende ser moderno pero, lejos de contribuir a introducirnos en el argumento, no consigue sino marearnos.
Siento que mi opinión sea tan negativa, pero lo cierto es que pensaba encontrarme con otro tipo de análisis.
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